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 Bienestar sueco  Se 
puede llamar a una novela "Me cago en los putos prestamistas" o "El camino de 
la serpiente sobre la roca". Se pueden escribir tratados de economía para explicar 
cómo se van concentrando las propiedades en unas pocas manos, o contarlo con arte 
y humanidad. ¿Captas?.  EL CAMINO 
DE LA SERPIENTE SOBRE LA ROCA  TORGNY LINDGREN  Editorial Bassarai  "El 
camino de la serpiente sobre la roca" te hará sentirte como Dios. Ese es el 
truco narrativo de Torgny Lindgren. Tú ahí arriba, contando almas o sacándote 
brillo al triángulo, con toda la creación para entretenerte. Tienes toda la eternidad 
y eso está bien. Porque teniendo toda la eternidad te puedes ocupar de todo a 
su debido tiempo. Y estás en esas. Por ejemplo, sonándote unos mocos de 
los que nacerán seis o siete galaxias. O estás meditando sobre el libre albedrío 
del ser humano y la muerte de Carlo Giuliani. Lo que sea. El caso es que, 
también son ganas de molestar, un campesino sueco te empieza a dar la brasa 
con su vida y sus cosas. Que si a su madre esto, que si lo otro... y te vas caldeando.  
Tú eres Dios. Y tu madre te decía que no serías nada en la vida. Mientras escuchas 
la oración de Johan Johansson, Jani el fanfarrón, decides dedicarle tu 
atención porque siempre te ha gustado el blues. Aunque sea sueco. Porque 
también se podría haber llamado esta novela El blues del campesino sueco.  Menos 
poético, pero igual de efectivo. La cosa es que te engancha Johan con su 
sencilla manera de contar las cosas. Y casi te dan ganas de decirle: "¡Pero haz 
algo hombre!. Que yo no existo y aunque exista no me puedo ocupar de pequeñeces. 
¡Ay este Johan!".  El bueno de Johan, 
testigo directo de cómo los ricos se follan a los pobres. La historia más 
vieja del mundo, esta vez en la Suecia rural del XIX. Así que no esperéis de esta 
novela grandes alegrías salvo por lo bien escrita que está. Este blues 
sueco de 124 paginitas, que contiene perlas así: "Tú (Dios) eres extraño, nos 
creas de una manera especial, engreídos o tozudos como mulas, o de cualquier 
otra manera, y después te pasas todo el tiempo que duran nuestras vidas 
advirtiéndonos de que no debemos ser así...". Tú suéltale eso al párroco enrollado 
de tu barrio. A ver con qué te sale. De verdad, un libro afilado como un cuchillo. 
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- Actualizado el 21-09-01  |