Comunicado del PKD, octubre de 2.000

El PKD y el culto al cuerpo

En estos tiempos que corren, en que hasta los chicos empiezan a ser víctimas de la anorexia y la bulimia, el PKD no puede dar la espalda a su responsabilidad como guía espiritual de miles de personas humanas. El cuerpo humano, esa maravillosa máquina a la que tan bien sientan ciertas camisetas (mojadas o no) debe ser la primera piedra desde la que construir un orden nuevo e incoherente. Cada quien es cada cual.

Todos con nuestras seborreas, gases, tics nerviosos y demás desagradables aspectos, tenemos que aprender a aceptarnos tal cual. Entre los extremos que forman los adefesios de Acción Mutante y los Mutantes de la Patrulla X (tan guapos y tan sexis ellos y ellas) nos encontramos el resto. El 99% de la humanidad. La que suda y se tira pedos porque no puede hacer otra cosa. Por lo tanto, con un pragmatismo que tira de espaldas, sólo podemos asumir que el pescado está vendido y que si eres más bien feo, católico y sentimental, no te vas a comer ni los mocos.

Osea, que desde el PKD no tenemos la solución. Queremos follar bien. Sí. Pero lo cortés no quita lo valiente. No tenemos ni idea de cómo conseguirlo. Lo que sí sabemos es que NO estamos dispuestos a hacer para conseguirlo: trabajar. En fin, que más vale disimular el tripón. Disimularlo y no más. Quien quiera acudir a un gimnasio, que lo haga. Pero su bajo estricta responsabilidad. El PKD considera que cultivar el cuerpo se hace igual de bien con un barrerño de palomitas de maíz viendo otros cuerpos en una pantalla. Y chicas, hay que comer....

El Comité Central a octubre de 2.000

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