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               Si eres culpable ¡Estas 
                muerto! 
                 
              El Castigador 
                vuelve repartiendo yoyas  
              La facción más combativa del mundo 
                del cómic está de enhorabuena: el Castigador, ídolo de muchos 
                y pesadilla de otros tantos, vuelve por la puerta grande para 
                reclamar su trono como machacador oficial de los malosos más arrastrados 
                de los tebeos.  
              A lo largo de su dilatada, irregular 
                y sobreexplotada trayectoria, el Castigador, con su mala 
                leche y gatillo fácil, se ha erigido por méritos propios en uno 
                de esos raros personajes que trascienden los límites del mundo 
                del cómic y llegan a captar el interés de un público más 
                generalista normalmente alejado de esto de los tebeos, un poco 
                al estilo de Lobo, vamos. 
                Sin embargo, el Punisher, como 
                vienen a llamarlo ahora en sus cómics, ha permanecido unos cuantos 
                años en un injusto olvido debido al afán de lucro de unos 
                y a la incompetencia creativa de otros. Pero todo eso ha terminado 
                con la aparición de la serie de doce números llamada apropiadamente 
                "Bienvenido a casa, Frank", en la que un equipo creativo de lujo 
                formado por Garth Ennis y Steve Dillon devuelven 
                al Castigador a sus días de máximo esplendor. 
                ¿Y cuál ha sido la fórmula 
                empleada para ello? Pues añadir a la violencia exacerbada 
                y al carácter ladrilláceo y obsesivo del personaje unas dosis 
                de humor negro y sano cachondeo como nunca antes había tenido. 
                Nada raro, por otra parte, viniendo de los creadores de ese bombazo 
                que ha sido la colección Predicador, donde los freaks, 
                violencia gore y sarcasmo negrísimo convivían a la perfección 
                con impresionantes diálogos y un estudio de los personajes que 
                ya se han convertido en la marca de fábrica del guionista irlandés 
                Garth Ennis.  
              Marcado por la 
                muerte  
              Hablando de las claves del éxito 
                del Punisher, no podemos olvidar la historia de un personaje que 
                casi permanece como una presencia molesta entre el resto de brillantes 
                héroes del Universo Marvel al que pertenece.  
                El veterano de Vietnam Frank Castle regresó al hogar sólo 
                para contemplar impotente cómo su mujer e hijos eran asesinados 
                por estar disfrutando de un picnic justo en el lugar en que dos 
                bandas de mafiosos deciden enfrentarse en un fuego cruzado (ya 
                es mala suerte). 
                A partir de entonces, Castle emprende una contundente e interminable 
                cruzada para acabar con los criminales adoptando de paso 
                la identidad del Castigador, y eligiendo como uniforme un impresionante 
                traje negro con una enorme calavera en el pecho como solo podía 
                diseñar un artista clásico de la talla de John Romita. 
                 
                Si Bruce Wayne se inspiraba en la figura del murciélago "para 
                inspirar terror en el alma de los criminales", el inexpresivo 
                cráneo de Frank Castle debía hacer que directamente te mearas 
                en los pantalones. Sumando a esto la más variada artillería 
                y toneladas de cadáveres, la fórmula del éxito estaba servida, 
                merced a una excelente miniserie con claras influencias 
                de los géneros negro y carcelario con la que Steven Grant y Mike 
                Zeck nos hicieron vibrar allá por mediados de los 80.  
              Puesta al día  
              Tras unas notables aportaciones a 
                su leyenda servidas por autores como Whilce Portaccio, Jim Lee 
                o John Romita Jr., a principios de los 90 el anti-héroe por excelencia 
                sufriría la inevitable explotación en múltiples colecciones, miniseries 
                y proyectos especiales por parte de su casa editora, que acabaron 
                por sepultar a un personaje que, a pesar de ser más simple que 
                una patata, es capaz de ofrecer esa propuesta de ocio inmediato 
                y sin complejos capaz de enganchar a un público heterogéneo 
                necesitado de este tipo de propuestas. Algo que vuelve a ser posible 
                gracias a la nueva colección que le han dedicado en los USA, con 
                el mismo equipo creativo de la maxiserie que ha empezado a publicarse 
                aquí. Los dos primeros números ya están en los kioskos, con lo 
                que ya estáis tardando, k-brones.  
              © humorenlared.com-Carlos 
                Zoom- 
                Actualizado el 13-07-01 
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