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               Sin City 
                regresa con "Ida y vuelta al Infierno" 
              PUTAS Y TIPOS 
                DUROS 
               Frank Miller es sin duda uno 
                de los autores míticos entre los lectores de cómics más veteranos, 
                gracias a obras como Batman: el Regreso del Señor de la Noche 
                o su etapa en Daredevil. A la espera de una inminente segunda 
                parte del Batman geriátrico, acaba de aparecer la última entrega 
                de su acomodaticia Sin City.  
              A la hora de hablar de Sin City 
                hay que tener en cuenta que el serial original de la ciudad del 
                pecado, reeditado hace un año por Norma Editorial en un 
                tomo, es la última gran obra maestra parida por Frank Miller, 
                todo un prodigio de sugerencia, de provocar sentimientos de angustia, 
                pánico y asco en el lector sin llegar a mostrar prácticamente 
                nada. Aquí se nos presentaba a un jorobado de Notre-Dame 
                moderno, Marv, un enorme y feo tipejo que encontraba el sentido 
                de su vida tras el asesinato de una prostituta con la que experimentó 
                un fugaz achuchón. Movido por la venganza, se enfrentará a lo 
                imposible y tendrá que pagar finalmente el más alto precio, asumido 
                con alegría por tan sacrificado personaje. Sin embargo, en las 
                sucesivas entregas de esta serie toda esa brillantez y 
                economía de medios se han ido diluyendo vertiginosamente, quedando 
                prácticamente solo la apabullante estética en blanco y negro y 
                la narrativa, aunque de poco puede servir si no hay nada detrás 
                que aporte algo de consistencia o interés al conjunto.  
              Esto me suena...  
              La miniserie que nos ha llegado ahora, 
                Ida y vuelta al Infierno, la sexta desde la serie primigenia, 
                no escapa a los parámetros ya conocidos por otras entregas y vuelve 
                a presentar a un héroe, Wallace, embarcado en una violenta epopeya 
                a causa de una mujer, Esther, que se cruza de manera casual en 
                su hasta el momento triste y aburrida existencia. Todo ello en 
                el conocido ambiente poblado por bares malolientes, policías 
                corruptos, asesinos despiadados y prostitutas. Así, el actor principal 
                de este drama vuelve a ser un ex-marine experto luchador (con 
                una técnica clavadita a la de Batroc el Saltador, maloso del Capitán 
                América), pero revestido en esta ocasión de un cierto aura de 
                sensibilidad, por aquello de ser un poco originales, ya que se 
                gana la vida como pintor profesional. Eso sí, nada le librará 
                de sufrir un durísimo castigo a lo largo de las páginas de esta 
                colección, siendo tiroteado, pisoteado, drogado o lanzado 
                por un acantilado en un coche. Aquí, Miller vuelve a recrearse 
                tanto en la narración, con esas numerosísimas viñetas página, 
                que en muchas ocasiones da la impresión de que pasan páginas y 
                más páginas sin que la historia llegue a avanzar realmente. Así, 
                todas las expectativas creadas tras leer el primer número de Norma 
                quedan notablemente diluidas en el segundo, que se limita a mostrar 
                el duelo de seducción y engaño entre Delia Ojos Azules y Wallace, 
                sin que se sepa nada nuevo sobre el paradero de Esther o los motivos 
                por los que ha sido secuestrada. Así, en el momento de escribir 
                estas líneas estoy prácticamente resignado a creer que 
                nos encontramos ante otra gran banalidad de Miller.   
              Pero en el fondo le queremos  
              Y así volvemos a lo que comentábamos 
                al comienzo del artículo: tanta secuela de Sin City no ha hecho 
                más que devaluar una primera y magistral obra, siendo dolorosamente 
                evidente que poco más tiene que contar Miller sobre la ciudad 
                del pecado. Lo positivo, si se puede llamar así, es que 
                Ida y vuelta al Infierno, sin llegar a insultar la inteligencia 
                del lector, resulta cuanto menos entretenida, y guarda todos los 
                ases para el tomo final, donde se resolverá gran parte de la trama. 
                Y nosotros que lo leeremos.  
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                - Actualizado el 07-05-01 
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