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               Buen Viaje, Excelencia 
               y a la vejez, 
                gusanos 
              Trincamos la entrada. Ganas de 
                ver la primera película de Els Joglars que varios cines se habían 
                negado a estrenar, tomen nota de a cuánto está el percal de democracia. 
                Había jubilados, rastafaris, señoras rondando la cincuentena...pero 
                se hizo el milagro, nadie comía palomitas. Así da gusto. 
              La acción se centra en el Pardo, 
                en los dos últimos años de vida de Franco (alias el cerillita), 
                su esposa Carmen, su hija Carmencita Polo y el Marqués de Villaverde 
                (tío de Pocholo ¿vais atando cabos?). La muerte de Carrero acentúa 
                los problemas de Francisquito el dictador, que está como la puta 
                cabra de la legión y la familia se ve obligada a recurrir 
                a una psiquiatra que ve que el viejo es irrecuperable. 
                 
              Que empiece el NODO 
               Los personajes pululan alrededor 
                del caudillo senil, intentando mantenerlo vivo a toda costa para 
                seguir chupando del frasco. La peli tiene golpes que son el descojono, 
                como las idas de olla de Franquito que pesca y caza sin salir 
                de casa, las moscas omnipresentes esperando que muera y 
                los consejos de ministros que dan más asco que pena.  
              Boadella también saca el tema de 
                las torturas, los fusilamientos y la inauguración de pantanos. 
                No se olvida de nada (para los amantes de las anécdotas, el director 
                miccionó en las paredes de El Pardo durante el rodaje). El único 
                pero de la peli son algunos diálogos costumbristas que 
                se dan en el bar y que no se llegan a entender bien por el barullo 
                que se monta. Quizás falte también Fraga hasta el culo de uranio 
                bañándose en Palomares, Arias Salgado gimiendo o las grandes 
                familias de la cúpula del PP, pero bueno, esperemos que alguien 
                coja el relevo y salgan más pelis así.  
              Las moscas van dando ese toque sarcástico 
                a la película y anuncian el fin. Todo el salmón estaba vendido. 
                Ya podía haber sido 30 años antes. Lo mejor, el guión y Ramón 
                Fontserè con una caracterización genial y una voz y gestos impagables. 
                Mucho sarcasmo y ridículo para un peliculón que trata el tema 
                de fondo, un señor que murió dulcemente en la cama. El 
                debate está abierto: se siguen admitiendo apuestas.  
              © humorenlared.com 
                - Actualizado el 07-11-03 
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