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               Gangs of New 
                York ...  
              y vaya gangas, 
                señora 
              Martin Scorsese llevaba ya 30 
                años pensando en hacer un film sobre los orígenes de Nueva York. 
                En mala hora. En 30 minutos Mariano Ozores montaba berenjenales 
                mucho más divertidos. Ah, y lo de las diez nominaciones, una salvajada. 
                Vamos, una broma de mal gusto.  
              Desde el mismo principio la 
                peli ya te da una dentera que jode. Mal asunto. La costumbre que 
                tiene el padre del prota de afeitarse con navaja "a pelo" 
                no es nada bueno para pieles sensibles, según expertos 
                de Gillette. Así que no probéis a hacerlo. De verdad. Los de Gillette 
                son la leche. 
               Tras esta escena el prota 
                (que se llama Amsterdam, como si yo me llamo Villadiego de los 
                Tres Caminos) pierde al masoca de su padre y huye de la ciudad. 
                Volverá convertido en Leonardo di Caprio, con una perilla guarra 
                y un corte muy grunge. Quiere vengarse del asesino de su 
                padre, un Daniel Day-Lewis por el que no pasan los años en la 
                peli (Corporación Dermoestética ya hacía milagros entonces). 
                 
              Barras y estrellados 
                 
              Casi todo es sangre y venga sangre, 
                y hostias a mala uva. Porque si algo tiene la peli es eso: mala 
                uva en dosis industriales. El Insalud buscando sangre y 
                esta peli tiene por un tubo. Scorsese ha barrido todos los bancos 
                de sangre. Cuentan las malas lenguas que por esta razón Stallone 
                y Arnold no estrenarán películas este año, al menos, de acción. 
                Encima para una tía buenorra que sale (Cameron, la del mechón 
                inseminado) va y sale toda zarrapastrosa. Este guión manos 
                de John Woo... la polla con cebolla por no decir la hostia. (me 
                imagino cómo habrían sido las escenas con el sello Woo y los boxers 
                se me hacen agüilla).  
              Chocante que el único que se salva 
                de la quema sea Day-Lewis, el único al que no le mola 
                esto de ser actor. Prefiere su curro de zapatero. Pues zapatero 
                a tus zapatos porque lo de carnicero está ya muy solicitado. 
                Al final ni un solo oscar.  
              Ejercicio de agudeza visual: ¿Cuántas 
                veces aparece la palabra sangre en este artículo?  
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                - Actualizado el 04-04-03 
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