  | 
             
               Caerse a cachos 
              El mantenimiento no es "chic". 
                Ningún preboste va a colocar la Primera Masilla 
                para taponar la gotera del Pasillo de la Secretaría. Tampoco 
                va a dar el primer piquetazo para arreglar la fachada de Ciencias 
                de la Insolación. Inaugurar polideportivos mola. 
                Comprobar que el arquitecto no se dio cuenta de que estaba trabajando 
                para un país lluvioso no tiene foto buena. 
              En el burdel todo el mundo da por 
                sentado que habrá toallas limpias, batidoras homologadas 
                y palanganas. Sólo cuando faltan dos clinex de un paquete 
                o un cepo se atasca, se acuerdan de mí. Mientras, 
                les caen del cielo las comodidades. Bueno, mejor que sean comodidades 
                y no paneles de pladur. Porque todo cuesta una pasta y los seguros 
                de responsabilidad civil son muy picajosos. "¿Se 
                hizo el mantenimiento? Bueno, ejem, se encarga un muchacho de 
                las doce plantas. Es que nos sale más barato, ¿sabe 
                usté?". Y ya está liada. Un día llega 
                de visita un Corleone o un Chiquito de la Calzada cualquiera, 
                dispuesto a invertir una pasta y tienes el burdel hecho una braga. 
                Y claro, él no ve a la gente. Él sólo ve 
                los desconchones y las humedades. Aprecia los infinitos 
                matices de tu papel de pared. Disfruta de un sofá que se 
                lo traga entero. Encuentra muy ameno el inodoro. Te saluda con 
                amabilidad y no le vuelves a ver el pelo. Ni a él ni a 
                los clientes que podría haber traído. 
              © humorenlared.com 
                - Joseba Bosso es palanganero en un burdel 
                Actualizado el 07-12-04 
             |