Diario de un
tarugo
y la
cama sin hacer
Bueno, esta vez toca artículo
autodescriptivo. Hoy vais a aprender cómo vive, por llamarlo de
alguna manera,uno de esos seres llamados vagos, huevazos, pasivos
o, en casos extremos, antropolíquenes. O sea, yo mismo, por ejemplo.
El único problema es que tendrá que ser un artículo de ficción,
ya que si realmente escribiera lo que es una de mis jornadas habituales,
el artículo iría en blanco y ni siquiera la redacción de Karma
dice: traga con algo así, de forma que habrá que currar.
09:00 AM
Suena el despertador. Esto me provoca un estado de estrés agudo
y un profundo trauma que sólo puedo superar apagando el
maldito chisme y dándome media vuelta. Lo de la media vuelta a
priori parece demasiada actividad para comenzar el día,
así que mejor lo dejo correr y me quedo en la postura en la que
estoy.
10:00 AM Entra en actividad
el despertador suplente que he colocado en el rincón más alejado
de la habitación para obligarme a levantarme a apagarlo cuando
me agobie mucho el ruido. Descubro que soy capaz de dormir en
condiciones terriblemente adversas. Es más, el pitido estridente
y repetitivo del despertador termina ejerciendo un efecto
sedante.
12:30 PM Procedo a desincrustarme
de la cama con gran pesar e infinito esfuerzo centrando mi
mente en un objetivo noble y elevado: buscar un sitio donde
vegetar al tiempo que parezca que hago algo. Me quedo traspuesto
pensando y cuando comienzo a sentir un ligero dolorcillo de
cabeza, dejo de pensar por si acaso, no me vaya a producir estrés,
embolias y hemorragias craneales.
13:30 PM Sigo buscando ese
sitio ideal mientras termino el desayuno y empiezo la comida sin
que medie pausa alguna. Esto me permite unificar actividades
sin moverme del sitio. Tengo que repasar los inventos del TBO
del profesor Franz de Copenhague. Seguro que hay alguno para llevarse
la comida a la boca sin utilizar las manos.
15:30 PM ¡Hay que ver cómo
pasa el tiempo! ¡Aún no he terminado de comer, y ya es
la hora de la siesta! en fin... dejaremos para después el tema
de decidir hasta dónde nos movemos. A dormir, que hay que
descansar y no es cosa de fatigarse.
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- Actualizado el 18-07-03
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