|  
               Con estos deditos 
                 
              Las mujeres también nos lo montamos 
                solas  
              Ellos se hacen pajas, nosotras 
                nos hacemos dedos. Las veces que ellos follan a lo largo de su 
                vida, se cuentan con una mano pelada. Nosotras, perdemos la cuenta 
                porque es como intentar contar las lentejas. Alguna ventaja tenía 
                que tener carecer de ese apéndice genital con el que ellos rellenan 
                la quiniela.  
              Y es que el onanismo en nosotras 
                es más divino que un desfile de David Delfín con caretas de "El 
                Torete". Mucho más sutil. Y encima, sabemos lo que queremos. Somos 
                de sencillo conformar. Orgasmo clitorídeo o vaginal. Todo 
                o de todo. Con ellas o con ellos. Mejor sin ellos. Desde una esquina 
                del asiento del metro, un consolador de dos cabezas, con buenas 
                fundas, vibración, rotación y mando a distancia hasta el 
                plátano de canarias. Dejar que el río corra y corra y corra. Como 
                el programa electoral del Partido Copular. ¿Hace cuánto que no 
                se tocará Isabel San Sebastián? ¿Tamara? ¿Anorma Duval? 
                Pronto lo sabremos en CSI.  
              Muñequito lindo  
              Ellos siguen empecinados en 
                preguntar si ya hemos alcanzado el orgasmo. Están siempre tan 
                inquietos. Intentando dejar el pabellón masculino alto. Son peor 
                que niños. Los niños lo tienen mucho más claro. Por eso 
                los muñecos hinchables son tan interesantes, se mueven 
                más y mejor que los reales. Y hacen muchísimo más por ti. Su silencio 
                es más sincero. No preguntan y no hace falta fingir. Tan 
                solo ser tú misma... 
              © humorenlared.com 
                - Actualizado el 24-03-03 
             |