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 Psicología infantil de 
bar Crecen, 
y crecen...  La personalidad de los 
niños es como el costo chungo: dúctil, maleable e infumable. Comienza cuando tienen 
meses, sus primeras palabras no son mamá, sino "hazte un peta" ( lo que pasa es 
que no lo exteriorizan). En esta etapa son adorables. La segunda fase del crecimiento 
es la egoísta. Ante todo lo que ven dicen: mío. Les da igual que sea mierda de 
perro, La Razón o un orinal con agujeros. Aquí apetece inflarles a ostias.  El 
siguiente paso es cuando articulan un submundo en el que no sólo hablan, 
sino que se contestan, bien sea con personajes imaginarios o con muñecas 
hinchables. Esto es muy jodido. Debéis recordad no meter demasiados tripis 
en su puré de verduritas. Esta es una etapa ideal para que aprendas a disparar. 
 La bestia habla Pero 
calma, padres, que estas fases duran poco, porque cuando metéis a vuestros hijos 
en un bonito colegio cristiano, notaréis un cambio en sus hábitos. La bestia 
se formalizará, los notaréis más callados, retrotraídos y como más responsables. 
Sí, lo cierto es que un tipo con sotana y cantando el Ángelus te meta la polla 
en la boca hace milagros. Si no fuera por la Santa Madre Iglesia, ¿qué sería de 
la calidad del semen?...  © 
humorenlared.com - Actualizado el 19-09-01  |