Fiestorial
Hasta septiembre se cierra el país.
Persianas abajo y piernas arriba. Bandada de oportunistas, a follar después
de los conciertos con algún músico que pase por el pueblo. Al loro con el loro.
Los quinquis harán el agosto y los ventiladores perezosos removerán aires
viciados en las oficinas. Oficinas vacías de su material humano hechos de vahos
y pedos rancios. Situaciones aplazadas por el calor con las espumas del
mar y la cerveza. ¿Playa o montaña?. ¿Moscas o medusas?. El calor aprieta y también
ahoga. Macedonia se caldea. Zumo de amenazas y sorbete de guerra civil
al este del mar de tumbonas y carne rebozada. Miles
de verbenas y fiestas. Se hace tarde y por no estropear el día se empalmarán
las noches con los días, los días con las noches y las noches con los lavados
de estómago. La calle es del pueblo y de la concejalía de cultura, de los
músicos, de los saltimbanquis, del niño, de la niña y de la abuela que pasa speed.
Cuerpos danone en envase de kalimotxo. Radio fórmulas del membrillo dulce.
¡Cuánta pereza!. El asunto es no meterse
en fregados. La vida sigue en verano a otro ritmo. Por las comisuras de los labios
resbalarán los litros del amor. En las noches se llenarán las calles, las
plazas y los puestecillos de altramuces. Se formarán gobiernos y se desharán
amores. Se negociarán calaveradas y se cerrarán tratos a la sombra de un vino
blanco joven, ligeramente afrutado. Mientras, un ganster almonteño comprobará
su saldo ginebrino. Turistas japoneses sufrirán las inclemencias del tiempo
y te cortarás el pinrel con el envase de un yogur bífidus usado. Empieza
lo bueno. © humorenlared.com
- Actualizado el 04-07-01 |