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 Hijo, así 
nunca te echarás novia  Hacer 
el impresentable  Qué 
sería de las farras sin saber cómo hacer el impresentable en fiestas. El quehacer 
nocturno se convierte en arte, las gargantas en gargajos y la colonia en olor 
añejo. Aquí tienes el manual definitivo para dejarse ver, ser visto y perseguido 
por la justicia en menos que canta un jilguero amarillo, que es lo que se lleva 
ahora. Disfruten hoy que pueden, mañana, en su tumba, será tarde.  Lo 
malo de las fiestas populares ( qué manía pepera de acapararlo todo), es la incapacidad 
para la ubicuidad, esto es, lo que generan la ansiedad de no poder estar en 
todos los sitios, a todas horas, bebiendo todas las variedades de alcohol, 
bailando todas las canciones. Esto se sufraga con la asimilación de sustancias, 
léase lacasitos, bollos de mantequilla, polvos pica- pica... baratas y de ciego 
rápido.  Menudas pintas  Y 
para entrar en materia comencemos por el aspecto. El sombrero de paja, 
se ha convertido de mobutu propio en símbolo irredento del borracho medio. Ya 
sea versión "San Mi" o versión "Mamá no soy yo", no intentes salir de casa sin 
tu sombrero, porque si no, no serás rebajado a la categoría de escoria. 
  El pañuelo al cuello con un color distinto al del pueblo en cuestión, tarareando 
canciones de Paloma San Basilio, te diferencia del resto y te puedes ganar unas 
buenas ostias casi sin abrir la boca. El pantalón vaquero corto repleto de poluciones 
y las chanclas configuran el kit básico de patetismo máximo.  © 
humorenlared.com - Actualizado el 30-07-01  |