¡Jaaa, chacho, dame un voto!

Semblanza del votante tipo de PKD (si lo hubiere)

¿Qué pasa en este país? ¿Es que cualquier impresentable se puede presentar a las elecciones? ¿Nadie se da cuenta de que esto es una paradoja? En fin, ya pasó con Aznar, y ahora vienen los de KARMA a tocar los cojones ¿es que no valía con un humorista en el congreso? Lo más preocupante no es esto, sino la posibilidad de que haya gente lo suficientemente enferma como para votarnos. ¿La habrá?

Nuestro Equipo de Estadística Estadista Humana (EEEH.!!!) se puso manos a la obra para descubrir al votante tipo de PKD. El equipo estaba compuesto por Jean Paul Position, una ladilla de su propiedad (licenciada en sociología), una botella de jotabé, y un rollo de papel higiénico.

Las primeras conclusiones fueron desalentadoras: ni siquiera en la redacción de KARMA dice: se encontró un solo votante potencial del nuevo partido; Johnny y AK 47, dijeron que en domingo bastante tenían con aguantar la resaca.

A Asfaltaplayas se le retiró el derecho al voto en el 95, tras mear en la urna electoral de las elecciones a delegado de clase en una guardería vitoriana, y reincidir en el 98 ocupando durante 8 horas la cabina de coger las papeletas mientras gritaba "de aquí no me voy hasta que el joputa de fotomatón no eche la foto". Fue el único colegio electoral en Araba con el 100% de abstención.

El Karmarada Grushenko se muestra terco y mantiene que él no vota hasta que Woody Allen se presente a las municipales en Almendralejo. Por su parte Schweijk decía que a él se la suda lo de ser candidato, que vota al Partido de la Jornada como siempre y punto.

Al final el intento de hacer una radiografía del votante tipo del PKD resultó ser un fracaso. Lo mejor que conseguimos fue una radiografía de una fractura de cúbito del reportero Kepa Jametxo en plena faena autosatisfactoria. Al parecer no nos vamos a votar ni nosotros mismos.

Pero eso sí, tú vótanos, que de diputado se vive cojonudamente y te queda una pensión que te cagas. Además, trincar, vamos a trincar igual, y al fin y al cabo... somos más cachondos.

Karmarada Koolroff

Vaya, creo que este domingo me quedaré aquí otra vez...