Frikismo a escala
el panteón Marvel, en tu estantería
Por si fuera poco con los miles
de tebeos (o casi) que aparecen publicados cada mes, algún
genio del mal ha puesto a prueba nuestra capacidad de coleccionismo
compulsivo con el lanzamiento de una serie de figuras de plomo
de superhéroes Marvel. ¿Seremos capaces de resistirnos
a semejante dispendio?
¡La infancia recuperada! Cuando
ya parecía inevitable pensar que esto de los tebeos
de superhéroes ha quedado limitado a post-adolescentes
con problemas de madurez, los kioscos y revisteros de todo el
Estado aparecen copados con una nueva colección
de figuritas de plomo de personajes Marvel. ¡Y con un anuncio
de televisión de por medio, como la colección de
chapas de botellas de cava o la de barriguitas!
Como si de un viaje veinte años
atrás en el tiempo se tratara, a una época en la
que la presencia de mutantes, arácnidos, hechiceros
supremos y vengadores era habitual en pegatinas de chicles, colecciones
de cromos y, por qué no, más tebeos todavía,
parece que asistimos a una "normalización" del
cómic comercial americano como una forma de ocio más.
Algo imprescindible para que la cosa tire hacia delante, y no
se quede en un feudo exclusivo de cuatro "frikis". ¡Que
estamos hablando de la supervivencia de todo un medio de expresión
como es el cómic, coño!
Extraños
Airgamboys
El factor de las adaptaciones
cinematográficas de éxito ha sido determinante
para llegar a esta (mejorada) situación. Acudir a una proyección
en una sala oscura aún no es un hecho vergonzante (excepto
para Pee-Wee Hermann o las clases de preescolar de la Fundación
Michael Jackson), y quien más, quien menos, ya conoce las
evoluciones de unos tales Doctor Octopus y Lobezno. Así,
saltar del cine al cómic debería ser el paso lógico,
aunque los tebeos tienen que espabilarse si no quieren quedar
como el "hermano tonto" de las películas
(y es que las peleas entre Otto Octavius y Spiderman en la pantalla
grande son de toma pan y moja).
Fetichismo en miniatura
Respecto a la colección de
figuritas en sí, remiten al concepto propio del Warhammer,
con figuras de pequeño tamaño (edición de
coleccionista, que se dice) y pintadas a mano.
A pesar de perder mucho en su reproducción
fotográfica a gran tamaño, la primera de ellas,
dedicada a Spiderman, con el trepamuros apoyado en una pared en
acto de ir a lanzar sus redes, da bastante el pego. Los
siguientes: Daredevil, el Duende Verde, y a saber, ya que la publicidad
no especifica el contenido exacto de la colección.
Eso sí, por el Punisher y
Lobezno nos daríamos con un canto en los dientes.
Literalmente.
© humorenlared.com-Carlos
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Actualizado el 13-10-04
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