19 Saló del Cómic de Barna

Barcelona es bona si la bolsa... (1)

Como cada año, los más frikis del lugar nos dimos cita en el auténtico santuario de los tebeos en que se convierte Barcelona en mayo, una cita casi obligatoria para dejarnos pasta por un tubo en páginas grapadas. ¡Maldita sea!

Edición tras edición, las claves del Saló Internacional del Cómic de Barcelona, que celebró del 3 al 6 de mayo su 19ª edición, siguen siendo las mismas: mogollón de tebeos antiguos a buen precio, muchísimas novedades, mesas redondas (que en esta ocasión giraron principalmente en torno a los años 80), exposiciones y, sobre todo, el quién es quién más completo de la gente del mundillo del cómic, una oportunidad por tanto inmejorable para encontrarte con mogollón de peña que sólo puedes ver en eventos como éste.

A pesar de las críticas que sufre el Saló por primar (dicen) el aspecto comercial sobre el cultural, no podemos dejar de acudir cada año, ¡y es que nos encanta! ¿Nos vemos en noviembre en el Salón de Madrid? A continuación, glosamos en forma de rápidos flashes algunas de las impresiones que nos trajimos de la ciudad condal.
¡A disfrutarlos!

El cartel del Saló de este año, obra de Albert Monteys, era realmente chulo, tras unos cuantos años de nefasto recuerdo para la que es principal imagen cara al exterior de este acontecimiento. Y es que una correcta promoción del Saló empieza por aquí.

Otro importantísimo punto positivo ha sido el de las exposiciones, que este año resultaban espectaculares tanto por su contenido (la obra expuesta de Max resultaba casi inabarcable debido a la gran cantidad de medios que ha abordado este artista), como por el marco en que estaban situadas. Así, la muestra de Carlos Giménez se encuadraba en un patio arenoso digno de la escuela-cárcel de Paracuellos, y las páginas de Alex Fito estaban colocadas en las lápidas de un ominoso cementerio. Enhorabuena por tanto a los responsables, Rubén Lardín y Hernán Migoya, de sobra conocidos en el mundillo del cómic estatal.

La lluvia hizo acto de presencia algunas tardes del Saló, con las consecuentes goteras que ¡casualidades de la vida! se hicieron sentir más en la zona de fanzines.

Por cierto, según algunos la actividad fanzinerosa estuvo este año muy por debajo de lo que solía ser habitual hace unas cuantas temporadas. ¿Un claro reflejo del panorama actual?

Merece una reflexión la actitud de algunos autores que, como el idolatrado Carlos Pacheco, en las sesiones de firmas se cansaba tras realizar cinco dibujos y dejaba colgados a los fans, o Tanino Liberatore, que se retrasó una hora en llegar a una sesión para desespero de los que aguardaban en la cola. Todo lo contrario que Chris Claremont, que aguantó toda una mañana firmando los más variopintos ejemplares de su obra, o la simpatía desbordante derrochada por monstruos como Sergio Aragonés o Dave Gibbons.

© humorenlared.com-Carlos Zoom-
Actualizado el 17-04-01

Los mossos de escuadra velaban por la seguridad del Saló
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Más, en el nº 27 de KARMA dice: Ya en tu punto de venta