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Dados rayados
y cartas sobadas
Parece que fue ayer como siempre
un "hoy" repetitivo y aniquilante. En progresión hacia el desastre
final y último, todos los afanes diarios parecen gratuitos y,
sin embargo, mientras existas necesitarás una o dos cosas.
No por este orden, naturalmente, porque la libertad no se mendiga:
se compra a base de bien o mal según te esté yendo en la feria.
¿Dónde estaban los apuntes? Tú sabes que los dados están rayados
y las cartas tienen las esquinas sobadas. No por viejas,
sino por marcadas también y marcado está todo, como el lomo de
una vaca o la oreja de un borrego. A los flamencos les anillan
el tobillo y a los tiburones las aletas. De lejos y con arpón,
pero también. Lo dicen los documentales y tiene que ser
verdad. ¿Cuándo eran los exámenes? ¿Sigue existiendo un Septiembre?
Menos mal que cada plan y
cada trama tiene su fin concreto que lo diferencia del anterior.
Menos mal que, entretenido en las cosillas cotidianas, percibes
los movimientos subterráneos y estratosféricos, todos a
una. Como cuando en la playa, qué lejana ya, notas que la colchoneta
va a volcar. Porque en el chapuzón está el goce de volverse a
subir o morir, ahí, ahogadito del todo. ¿Alguien ha visto el bolígrafo
de la pantera rosa? Casi sin saberlo, te adentras y recibes
la calurosa bienvenida. Antes del frío, todo parece nuevo.
© humorenlared.com
- Actualizado el 01-09-03
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