Mirar hacia otro lado, que Jurasito y yo necesitamos intimidad

Temores infantiles

Mamá, mira lo que me han hechoooo

El miedo empieza a edad muy temprana. Partiendo esos temores de la infancia que después no logras superar jamás. Desde las burlas de las amigas hasta las monjitas que se ponían cachondas sobándote. Bienvenidos al artículo con el peor miedo de todos: encontrarse a una misma y no poder mirar hacia otro lado.

Para analizar los terrores infantiles es necesario antes subdividir la edad del sujeto en cuestión:

a. Menores de 18: su único miedo reside en el color de la pastilla que meterse el fin de semana. ¿Ferrari blanco o Love lila? Los dos a la vez. No piensan en la muerte. Sólo en el onanismo extremo y la fecundación in tinto.

b. Entre 18 y 50: Temores marcados por un futuro más negro que las bragas de Marujita Díaz. Temor televisivo, copiando pautas de consumo, sociales y sexuales sacadas del "Un dos tres" y programas del corazón. Piensan poco en la muerte y tienen una intensa vida social marcada por la estupidez humana.

c. Mayores de 50: temores marcados por el paso del tiempo. El horror llega ahora. Los jipis de boquilla. Se dan cuenta de que no han hecho nada en su vida de lo que les hubiera gustado. Esto genera frustración. Refugio en drogas legales y programas televisivos de alto interés cultural como "Salsa Rosa". Sólo piensan en la muerte y una intensa vida social basada en los viajes de 6 en 6 al baño.

d. Mayores de 65: temores marcados por la guerra. Las pasaron putas de pequeños y eso al final se nota. Gente sabia que distingue entre el hambre y el apetito. En lo más alto de su escala de valores está tener la nevera llena, tres visitas diarias al "Todo a 0,60" y destinar su ahorro a comprar congelados así como ganchitos y mierdas a los nietos. Misa diaria y una intensa vida social marcada por los funerales y la recogida de caracoles...

© humorenlared.com - Actualizado el 19-02-03

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