Cyan, magenta, amarillo, negro...

Somos de colores

Como es de sobra sabido, la humanidad ha estado siempre empeñada en establecer cánones que permitan a unos grupos diferenciarse de otros para así poder matarse con menos remordimientos de conciencia y más justificación. En este apasionante estudio de campo, el departamento United Colors of Karmatton se empeña en demostrar, con éxito relativo, que los diferentes criterios empleados para establecer diferencias entre la gente en base a su color son, en líneas generales, una completa gilipollez.

Criterio karmático

Por supuesto, la mayor gilipollez es la nuestra, por eso va la primera. Sostenemos (durante poco rato, porque pesa un huevo) que el racismo es un claro precursor del fútbol, ya que antes de la invención de éste, era la única forma de meterse con el contrario a causa de sus colores. Una vez inventado este (bostezo) apasionante deporte, el color de la camiseta pasó a ser más importante que el de la piel, aunque no mucho más.
La prueba de que el fútbol favorece la integración de individuos de diferentes razas es que a los sin papeles que juegan bien, en vez de deportarlos, se les nacionaliza.

Criterio higiénico

Existe el convencimiento entre muchas personas de que un color de piel algo más oscuro que el blanco tippex es sinónimo de costra, mugre y guarrerío terminal.
Esta tendencia, aún en boga en nuestros días, la llevaron a su máxima expresión los alemanes durante el nazismo, con su conocido eslogan ""Ariol es lo más blanco", concepto importado (como casi todo lo que llega a Europa) de los Estados Unidos, donde todos son iguales mientras sean igual de blancos o muy ricos (esta es la razón por la que gente como Michael Jordan no se ve afectada por el segregacionismo salvaje de "La Mayor Democracia del Mundo")...

© humorenlared.com - Actualizado el 04-06-01