Editorial
Con las drongas y con todo todo, libertad
de opción. Opción sexual, religiosa, deportiva, asimétrica, comparada, múltiple,
infame y despendolada. Y lo del celibato... pues aquí te pillo, aquí te mato.
O sea, que menos ñi, ñi, ñi y menos ña, ña, ña. En el nombre del padre, del hijo,
del pijo y del badajo. Vaya morro.
Ojo.
Pero tú no. Que seguro que lo haces apóstata. Tu no te desvíes ni un milímetro
del magisterio magistral, que te vas a quemar en los infiernos más churruscantes.
Fuera del matrimonio, ni un pelo. Pero ni uno. Aunque sea de esos pequeños, y
rizados.
Y es que según el obispo de
Mondoñedo "Donde hay hombre hay, y puede haber, lo que sea". Más o menos
como decir: mi reino no es de este mundo, pero si puedo me cojo el salami y lo
hundo. Con o sin permiso de la interesada, he ahí la cuestión. La coherencia y
la inocencia.
Y lo de María,
la del carpintero, no está tan claro. A ver si es que le pasó alguna desgracia
y se tuvo que montar la película completa para que no le lapidaran. Dios nos libre.
Con lo que gusta la María.
¿Verdad?.
Actualizado el 02-04-01